Perdón

Me duele, me duele reconocer mis propios errores y lo evidentes que se hacen ahora que puedo ver todo con la cabeza fría. Pero también hallo la satisfacción de por fin, poder hacerlo.
De poder exteriorizar ese nudo que até en mi cabeza con tanta dedicación, por engañarme a mí mismo.
Y aunque mil veces habré dicho cosas similares, esta vez duele más porque es completamente real.

Todo pasó luego de que me puse a escarbar en mi cabeza, en el cajón de los recuerdos y tu imágen sonriendo tirada en el piso, despeinada y despreocupada, se apoderó de mí.

No es una cuestión de extrañarte o no, porque lo que intento con esto es sepultar espinas que me siguen rebotando entre el parietal y el occipital.

Te quiero pedir perdón por las veces que consideré mi posición por sobre la tuya, creyendo así que mis conclusiones eran verdades universales.
Por olvidarme y pecar de hipócrita; vivo diciendo siempre que hay que pararse en el lugar del otro y me olvidé que tu perspectiva era igual de importante que la mía.

No quise cargarte con mis experiencias pasadas; mis decepciones anteriores y desconfianzas te juzgaron muchas veces sin permitirte una defensa, porque tampoco lo exteriorzaba, solo lo masticaba en mi silencio; gracias por ayudarme a entender que eras una persona diferente a las que había conocido.

Por, en determinadas ocasiones, tener ciertas actitudes machistas que adquirí en mi crianza y me ayudaste a eliminar. Por eso te quiero agradecer en realidad, pero espero que me perdones las veces que me cerré y me costó comprender de primera que las cosas no eran así como yo las veía, tan naturales y estáticas.

Necesito pedirte perdón por todas esas veces que no pude cortar con la cadena de violencia que me condena, por todas esas veces que canalicé en vos un montón de enojos y frustraciones que solo me correspondían a mí, por esas veces donde te destraté sin darme cuenta.
Por no poder cortar mi linaje a tiempo.

Lejos de querer justificarme, también quiero aclarar que contigo sentí mil cosas que no conocía.
Me desconocí en más de una ocasión y mi frase de cabecera: "me conociste en un mal momento, te juro que no soy así", por más que fuera real, se fue transformando en una pelotudez recurrente.
Y por eso también te quiero pedir perdón, por justificarme con las realidades hasta desmerecerlas.

Repito, me duele y me cuesta lograr desmorrugar todo esto. Porque no dejo de sentirme un pelotudo a cada palabra que escupo.
Me duele esperar que me vieras con la misma idealización que yo me encargué de romper. Con planteos ilógicos, con desconfianzas pelotudas.

Te antepuse a todo en mi vida, pero de una manera extraña. Mis acciones no eran para vos, sino por vos.
Actuaba en consecuencia a como me afectabas y no me fijé en lo que generaba yo.

También, cuando mi autoestima trastabilló y busqué recursos externos para recuperarme, en lugar de plantearlo y buscarle una solución contigo. Por haber roto tu confianza y regalarte una experiencia de mierda. Por usar recursos maquiavélicos para escuchar lo que quería sin importar cuanto iba a doler.

Me lastima no poder haber prestado atención a detalles importantes, me decepciona no haber entendido muchas cosas.

Me sorprende, también, que los sentimientos encontrados mas de una vez me hayan ganado y lejos de apoyarte en lo que hacías, terminaba generando una guerra en todo. También por haberte contagiado eso y que nos haya costado tanto comunicarnos sin enojos y recelos de por medio, por habernos convertido en un tifón de comentarios pasivo-agresivos sin razón.


Por haberme puesto del lado de personas que quisieron destruirte. Porque en vez de abrazarte, me sumé a esos ataques.
Por no haber entendido el hilo de tus acciones y como yo tironeaba del mismo.

Hasta que se rompió.

Y hoy, roto, pero emparchado. Me doy cuenta de que te sigo debiendo más de un perdón.


Espero que comprendas -antes de pensar que soy un pelotudo-, que estas cosas recién ahora tienen validez para mí. Que todas las veces anteriores, eran honestas, pero no tanto como ésta.
Te pido perdón por no haber podido plantearme esto antes, por crear esta catarsis pública y porque irónicamente, sigo planteando todo desde mi perspectiva.

Por último, perdón por haber abusado de todo lo que vos tenías y que a mí me hacía falta.

Te amé, de una forma más intensa de la que supe manejar. 
Te lastimé, de una forma más profunda de lo que podría intentar sanar. 
Te extrañé, de una forma más silenciosa de la que me hubeira gustado. 

Por todo esto y más, en mi afán por humanizarme y reconocer errores. Te pido perdón.

Y espero no te moleste que haya elegido recordarte a vos siendo feliz, es así como me sentí siempre a pesar del contexto. Y una vez más, gracias, por haber sido vos, conmigo.



La mierda, cómo me cuesta deconstruir el orgullo.